8 de junio de 2010

Periodo de los Gracos

El periodo de los Gracos o reformas de los Gracos es el periodo de la historia de Roma que se extiende desde el año 133 a. C. hasta el 121 a. C, protagonizado por los hermanos Tiberio Sempronio Graco y Cayo Sempronio Graco, de la familia de los Gracos. Eran hijos del general y estadista Tiberio Sempronio Graco y de Cornelia, de la familia de los Escipiones.
Los hermanos Graco obtuvieron durante este periodo el cargo de tribuno de la plebe, desde cuya magistratura pudieron elaborar y proponer una serie de leyes que iban a favorecer a:
• La plebe urbana
• Los itálicos que no tenían la ciudadanía romana
• Los caballeros (llamada orden ecuestre)
Las leyes iban en detrimento de la clase aristocrática, los llamados optimates palabra que significa "bueno entre los buenos", que constituían la mayoría del Senado. Así pues se organizaron dos partidos con intereses económicos y políticos distintos:
• Partido de los populares, encabezado por los hermanos Graco; los populares se aproximaron a los verdaderos problemas que soportaba la República, planteándolos a través de los tribunos de la plebe y con el apoyo de los jefes militares cuyos ejércitos se encontraban en la condición de ciudadanos pobres. Recurrieron a la violencia en múltiples ocasiones, lo mismo que sus opositores. Sus peticiones fueron:
o Distribución de tierras a la plebe urbana.
o Distribución de tierras a los soldados licenciados.
o Asentamiento de los soldados licenciados, en las colonias.
o Concesión de la ciudadanía romana a latinos e itálicos.
o Derecho de los caballeros a formar parte de los tribunales que juzgaban los delitos o abusos de los magistrados romanos contra los habitantes de las provincias.
• Partido de los optimates, constituido por la clase aristocrática o ciudadanos de los primeros órdenes. Tenían grandes intereses que defender, tanto políticos como económicos; los optimates reaccionaron violentamente ante las nuevas leyes presentadas por los populares a través de los hermanos Graco. En el año 121 y después de múltiples revueltas y enfrentamientos entre los dos partidos, el Senado autorizó al cónsul Lucio Opimio para que tomase medidas cualesquiera, dentro o fuera de la ley, para terminar con la política seguida por Cayo Sempronio Graco. Como consecuencia, muchos de los seguidores de Cayo fueron asesinados y el mismo Cayo se suicidó. Tales hechos se consideran muy graves en la historia de Roma pues según la tradición y la ley, se cometía sacrilegio cuando se tocaba a un tribuno de la plebe y se prohibía dar muerte a cualquier ciudadano romano antes de que éste pudiera recurrir al pueblo.

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