8 de junio de 2010

Civilización

Su primer carácter esencial, diría yo, es la previsión. Es ésta, ciertamente, la fundamental diferencia entre el hombre y las bestias, y entre el adulto y el niño. Pero la previsión, por ser una cuestión de grado, nos permite distinguir a las naciones o las épocas más o menos civilizadas, de acuerdo con la cantidad de ella que demuestran. Y la previsión es susceptible de ser medida casi con precisión. No diré que la capacidad media de previsión de una comunidad sea inversamente proporcional a la tasa de interés, aunque ésta sea una opinión defendible. Pero podemos decir que el grado de previsión implícita en cada acto se mide por tres factores: el dolor presente, el placer futuro y la extensión de¡ intervalo entre ellos. Es decir, la previsión se obtiene dividiendo el dolor actual por el placer futuro y multiplicando después por el lapso comprendido entre ambos. Existe una diferencia entre la previsión colectiva y la individual. En una comunidad aristocrática o plutocrática, un hombre puede soportar el dolor actual mientras otro disfruta el futuro placer. Esto hace más fácil la previsión colectiva. Todos los trabajos característicos del industrialismo presentan un alto grado de previsión colectiva en este sentido: los que construyen ferrocarriles, o puertos, o barcos, hacen algo cuyos beneficios no se recogen hasta años más tarde.

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