8 de junio de 2010

Civilización Occidental

Algo más faltaba para completar la civilización occidental tal y como existía antes de los tiempos modernos, y ello es la peculiar relación entre el gobierno y la religión que vino con el cristianismo. Originalmente, el cristianismo era absolutamente apolítico, puesto que se extendió por el Imperio romano como un consuelo para los que habían perdido la libertad nacional y personal, y tomó del judaísmo una actitud de condena moral de los gobernantes del mundo. En los días anteriores a Constantino, el cristianismo desarrolló una organización a la que los cristianos debían una lealtad todavía mayor que la debida al estado. Cuando Roma cayó, la Iglesia conservó en una síntesis singular lo que se había demostrado más vital en las civilizaciones de los judíos, de los griegos y de los romanos. Del fervor moral de los judíos surgieron los preceptos éticos del cristianismo; del amor griego al razonamiento deductivo, la teología; del ejemplo del imperialismo y la jurisprudencia romanos, el gobierno centralizado de la Iglesia y el cuerpo de leyes canónicas.

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