19 de marzo de 2010

Atenas y Esparta


Origen Atenas

La antigua Atenas fue una de las ciudades-estado dominantes de Grecia durante buena parte del primer milenio a. C. Aproximadamente entre los años 500 a. C. y 323 d. C. fue uno de los mayores centros culturales e intelectuales del mundo, y originó muchas de las ideas, logros y prácticas de la civilización occidental, entre ellos el concepto de democracia. La derrota frente a Esparta en el año 431 a. C., el auge de Macedonia en la posterior época helenística y finalmente la conquista romana fueron restando poder y prestigio a Atenas. El fin de la era clásica se sitúa en el año 529, con el cierre de las escuelas de filosofía. Durante el imperio bizantino Atenas entró en decadencia, mientras el centro de poder bizantino en el territorio de Grecia se trasladaba a Mistra. Entre los siglos XIII y XV la ciudad cambió de manos varias veces, entre los griegos (bizantinos) y los caballeros franceses e italianos del Imperio Latino, que llegaron a establecer un ducado en Atenas; aragoneses y sicilianos también ocuparon la ciudad en diversos momentos, y El Ducado de Atenas, incluidos al de Neopatria, pasaron a poder aragonés. Finalmente, en 1456 fue conquistada por el Imperio otomano.

Origen Esparta

La ciudad estado fue fundada tras la conquista de Laconia por los dorios. Esparta se convirtió en una ciudad doria.
Al principio estuvo minada por disensiones internas. Las reformas en el
siglo VII a. C. fueron un verdadero punto de inflexión en la historia de la ciudad: a partir de entonces todo se encaminaría a reforzar su poderío militar y Esparta se convertiría en la ciudad hoplita por excelencia.
Esparta sometió a la totalidad de Laconia: comenzó por conquistar toda la vega del
Eurotas para rechazar a los de Argos y asegurarse la hegemonía de toda la región. La segunda etapa consistió en la anexión de Mesenia. Esparta era ya la ciudad más poderosa del área, con Arcadia y Argos como únicos rivales. A mediados del siglo VI a. C. Esparta sometió también las ciudades de Arcadia y derrotó a Argos dejándola totalmente debilitada. Todas ellas se verían forzadas a firmar pactos por los que reconocían la hegemonía de Esparta. Fue en el marco de estas luchas con los argivos que Esparta adoptó el estilo hoplita de combate, aproximadamente entre los años 680 y 660 a. C.
Durante el Siglo VI a. C. los espartanos mantuvieron una activa política exterior que incluía la alianza con Creso de Lidia frente a la amenaza persa.
También combatieron los
tiranos de Grecia y depusieron a muchos de ellos fracasando frente a otros (Polícrates de Samos resistió a la invasión espartana).
Sin embargo también apoyaron a tiranos que les pudieran ser favorables y en Atenas intentaron restaurar a los pisistrátidas pero la oposición de la influyente
Corinto lo impidió.

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